lunes, 25 de abril de 2011

Cartas En Tiempo De Guerra

'"post-body-" + data:post.id'>

Nunca supe amar, pero tuve la valentía de decírtelo aun sabiendo que tarde o temprano me dejarías. Te empeñaste en negarlo y yo me prometí no creerte. “Nunca” y “Siempre”difícilmente encuentran la manera de lidiar con la realidad. Pero fallé y te creí, por un momento pensé que el final no nos encontraría, que a pesar de los problemas sería perfecto, que me querías y era cierto que en todo momento estarías ahí para mí. Te creí, no por ingenua, sino por idiota, por olvidarme de bloquear promesas y por no cumplir algunas otras. Te creíporque pensé que tal vez no era una locura que sintieras lo mismo que yo. Te creí cuando juraste no dejarme, te creí cuando dijiste estar enamorado, te creí cuando mentías, cuando decías sentir miedo de perderme. Te creí cuando me mirabas a los ojos, te creí que nada cambiaría, que de verdad me querías.Te creí porque eso me pediste, ¿no? que te crea. Te creí, pero no fue fácil. Confié en ti porque eras distinto, porque el mundo se caía y tú lo reconstruías. Confié en ti porque era necesario, porque realmente quería que funcionara, porque no quería estar sin ti, porque algún bicho carcomía mi cerebro y envenenaba mis pensamientos. Te creí, pero muy dentro de mí siempre supe que me dejarías. Y no lo callé, te lo dije porque era consciente de que en algún momento lo harías. Te reías- ¿o te burlabas? ya ni sé- “son tonterías”, me decías… una mentira más a la lista, tal vez.Te llevaste todo lo que pudimos ser. Te llevaste las promesas y los “para siempre”. Me dejaste, y conmigo se quedó lo que fuimos y el tormento de lo que no llegamos a ser. La otra cara de la moneda la conocí cuando te fuiste.Pero fui feliz, muy feliz. Y aunque tal vez mentías, te creí y me robaste risas y regalaste dudas, y te llevaste penas, pero me diste a cambio decepciones. Y fui feliz porque descubrí aquello que no conocía de mí, aprendí a querer, a esperar y a olvidar. Nunca supe amar, es cierto, pero me enseñaste a hacerlo y gracias a ti aprendí que todo pasa, que sin final no hay historia por contar, que cada detalle en el día a día se debe valorar, que todos los aciertos y más aún los errores, valen la pena.Supe esperar y por ti no me arrepiento de nada, pero la vida no aprendió a parar; no te avisa, sigue, y yo esta vez quiero acompañarla. No me arrepiento, es cierto, pero cuando algo acaba ya no se vive, solo se recuerda y para eso estoy hoy acá… para cerrar este capítulo contigo y empezar uno nuevo sin ti. No sé si me quisiste, pero sé cuánto te quise y aparte de eso, créeme, no importa mucho nada más. Ya no hay rencores, si es que alguna vez los hubo. Solo queda recordarte que si alguna vez te sientes solo, yo estoy ahí, no me fui. Nunca lo hice y nunca lo haré. A pesar de todo, aún se ser amiga y eso no cambia. Me hiciste feliz, me enseñaste a superar asuntos irrelevantes que antes me afectaban. Me hiciste más fuerte, me enseñaste a desconfiar de las verdades. Ya no me importa no haber significado lo mismo, ahora solo me basta con saber que fuiste el inicio de mi felicidad, pero no el único motivo. Habrán más, algunas veces se irán y otras seré yo la que se vaya, total, ese es el objetivo de la vida, ¿no? aprender y enseñar.










Hice lo que pude y aunque no fue suficiente, para mi bastó. Y se siente bien saber que soy capaz de ser feliz por alguien y con alguien que no seas tú. Sé que te pasa algo parecido y me alegro pero todo da vueltas; la vida es como una montaña rusa… mientras más tiempo te mantenga de cabeza, más divertida será. Todo viene, cambia, pasa… todo termina y si vale la pena regresa, pero no hay asunto que se quede pendiente por mucho. El tiempo es un buen juez, todo el bien que hiciste volverá a ti y todas las lágrimas que causaste las llorarás… no olvides que todo daño hecho tarde o temprano se paga. El mundo es un círculo y todo, absolutamente todo da vueltas, para bien o para mal.














Gracias por ser lo que fuiste, por aparentar lo que no y por enseñarme a ver lo perfecto en la imperfección.
























Tú me conoces, no intentes crear un nuevo concepto de mí que no existe. Soy la que conociste, no la que quieres odiar.Qué rápido se paso el “para siempre” ¿no crees? Y ahora que no queda nada y ambos tenemos un nuevo camino te quiero pedir por última vez que no me nombres, al menos por un tiempo, el mismo que duró “toda la vida” :) cuando despejes tu mente y notes que el odio no te lo cree nadie, sabrás que nada fue en vano y que nunca es tarde para empezar a ser amigos… otra vez.









Después de la guerra viene la paz y ya nos llegará el momento de conversar sin ataques, cuando salga el sol tras la tormenta tal vez todo tenga sentido, por ahora sólo cuídate mucho y sé feliz, realmente feliz… a pesar de todo sé que te lo mereces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias Por Formar Parte de Mi Historia